Seas una persona malhumorada, seas una persona alegre, indiferente con todo, resistente a los duros golpes o no, estás viviendo y aunque no hay una fórmula común a todos para vivir bien (ya que todos somos diferentes y no todos queremos lo mismo) lo importante es estar a gusto con tu entorno y sobre todo con uno mismo, es ser feliz, poder levantarte cada mañana y sonreir delante del espejo viendo como degeneras físicamente y como creces psicológicamente.
Nadie sabe que hay más allá de la vida realmente por muchas teorías que haya, con lo cual, asegurada, solo hay una, no seas bobo y no pierdas el tiempo, que no se te ha perdido nada ahí sentado, ponte una canción que te ponga los pelos de punta, grita, baila, recuerda esa película que tanto te apasiona, tírate al suelo de cabeza, coge a tu gato y dile lo mucho que le quieres, pero vive, y no pierdas el tiempo, que oro no será, pero es lo más valioso que tienes, porque la vida al fin y al cabo, no es más que eso, tiempo que no deja de pasar.
Sonríe siempre, nunca dejes de hacerlo, quien está amargado amarga, quien desborda alegría alegra, nunca dejes de sentirte bien, de satisfacer tus necesidades.
La vida es una simple cadena:
Si estamos interesados y contentos invertimos un porcentaje en efectuar ejercicios manuales y mentales más elevado que si no lo estamos. Y nuestros actos dependen de las ordenes que demos desde el cerebro, y nuestra vida depende de nuestros actos.
Antepón la felicidad ante la vida, no la vida ante la felicidad.
Ahí dejo la cosa. Acabada la reflexión de la felicidad, que me quedaban cosas por decir.
Gracias a los que estáis ahí.