domingo, 18 de diciembre de 2011

Poco a poco, nos hacemos libres.

Tras un día monótono y simplón, escuchando a mi verdadero psicólogo y a uno de mis profesores de filosofía,el chojin, me dispongo a hacer un par de clicks para crear otro blog de notas que me permita contactar, una vez más, con toda esa gente que decide invertir su tiempo leyendo lo que escribe este perro solitario. Trataré, como siempre, de plasmar palabras en el blog que mis ojos todavía no las han entendido como lágrimas, porque nunca he visto motivos necesarios para llorar (si no es de alegría). Necesitaba volver a escribir un poco, lo veía necesario, he vivido experiencias únicas que no he podido reflexionar a fondo porque no las he replanteado plenamente.

He cumplido dieciocho años hace un mes, y pese al intenso deseo que tenía hace un par de estos de cumplirlos, no es nada nuevo, nada cambia, dos leyes más que te oprimen el cuello y un papel que te permite conducir un coche, sinceramente, visto así, es una locura.

No sé de que me quejo, esperaba una libertad instantánea pero no me daba cuenta que yo ya era completamente libre, no he dependido de nadie para tomar decisiones, ni de personas, ni de sentimientos... Bueno, de sentimientos quizá, ya que creo que la vida necesita pasión, ilusión y constancia si quieres vivirla con una libertad plena y he dependido de mis padres, que me han mantenido hasta día de hoy, si no me hubieran mantenido, o estaría trágicamente muerto, o bañado de otra educación, que posiblemente no me permitiría escribir lo que estoy pensando.

Una vez más, como creo recordar que ya he hecho en otros textos, he de daros las gracias a todos los que estais ahí fuera, haciendo de el mundo donde habitamos un lugar digno, donde puedo encontrar a gente maravillosa, con la que salir una noche de fiesta y reirme a carcajadas y donde puedo encontrar a gente con la que compartir experiencias y sentimientos.

Me gusta disfrutar de conversaciones, de música, me gusta cojer la guitarra e intentar alguna que otra canción, me gusta levantarme tarareando alguna canción sin venir a cuento, me gusta acostarme bailando, me gusta ponerle pasión e interés a todo para poder hacerlo con sentimiento, me gusta oler la comida por la calle al mediodía un día por semana, me gusta pensar en lo que he hecho y reirme por haberlo echo mal, me gusta la ironía, me gusta ponerme nervioso pensando en mi futuro, y en mi pasado, también me gusta tirarme en el suelo a mirar el techo constantemente, y perderme en un mundo de yeso blanco infinito, donde vagan mis palabras, donde corren mis pensamientos en libertad, fuera de esa cárcel llamada realidad donde estos nunca llegan a su fin.

Pero sabeis, lo que más me gusta es salir a la calle, respirar hondo y darme cuenta de que la realidad y los límites, son lo que le da sentido a la vida... Salir a la calle y darme cuenta de que estoy vivo. Y reírme por ello, ya que lo más importante en esta vida es el humor, y no el vítreo precisamente.

No voy a seguir por hoy, esto ha sido una pequeña introducción que intentaré hacer una rutina diaria, plasmando el CO2 que mis pulmones expulsan. Me gustaría que me siguiera la gente y leyese algo de lo que escribo, que me diera su opinión y disfrutar así de la vida, y del mundo.

Gracias a todos. Espero acostarme bailando hoy también.

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